La salsa de bechamel se puede usar de muchas maneras en la cocción. Se puede usar para cubrir platos gratinados, como lasaña o gratina dauphinois. También se puede usar como base para muchas otras salsas, como la salsa de Mornay (salsa de bechamel con huevos y queso) o salsa Alfredo (una salsa de bechamel con parmesano).